En 1999, Timothy Schultz, con 21 años, trabajaba en una gasolinera y estudiaba a tiempo parcial en una universidad en Iowa. Su vida dio un giro radical cuando ganó el premio mayor de la lotería Powerball, lo que le otorgó un total de 28 millones de dólares.
Esta inesperada fortuna no solo le permitió vivir de manera más cómoda, sino que también lo enfrentó a situaciones complejas con su familia y amigos. Recientemente, el hombre compartió su experiencia y reveló detalles sobre cómo su entorno cambió tras su gran victoria.
Antes de su victoria, Schultz había tenido un sueño premonitorio en el que ya se veía ganador de la lotería. Eso le pareció tan real que lo convenció de que eventualmente ganaría. Con esa certeza en mente, comenzó a comprar uno o dos boletos de lotería cada semana.
A través del medio Business Insider, el afortunado comentó que, el 10 de febrero de 1999, su vida cambió por completo. Su padre fue quien, emocionado, le informó que el boleto ganador del Powerball había sido vendido en Iowa. Schultz, recordando su compra, empezó a buscar frenéticamente hasta encontrarlo arrugado en su habitación. Al comparar los números, se dio cuenta de que había ganado 28 millones de dólares. “Mi padre me abrazó y saltamos como niños en una tienda de golosinas”, dijo.
Así reaccionó su familia cuando ganó la lotería Powerball
Una vez que se confirmó públicamente que era el ganador, el entonces joven de 21 años comenzó a recibir innumerables llamadas y mensajes de felicitación. Sin embargo, lo que más le sorprendió fue la cantidad de cartas y mensajes de personas que no conocía, muchos de los cuales le pedían ayuda económica. Aunque había imaginado lo que haría si ganaba, pagar sus deudas y financiar sus estudios, no estaba preparado para la magnitud del cambio en su vida y la presión que comenzaría a sentir por parte de su círculo cercano.
A medida que procesaba su nueva realidad financiera, comenzó a recibir comentarios y pedidos de familiares y amigos. Un familiar en particular fue explícito al decirle que, al haber ganado tanto dinero de manera inesperada, ahora tenía la “obligación” de ayudar económicamente a los suyos. Este tipo de presión lo llevó a reflexionar sobre cómo debía manejar su fortuna y a establecer límites claros.
Decidido a ser responsable con su premio, Schultz decidió buscar el consejo de asesores financieros antes de recibir el dinero. Junto con ellos, optó por retirar el premio de inmediato, por lo que recibió poco más de 15 millones de dólares. Luego, elaboró un plan de inversión conservador que le permitiría vivir de sus ganancias a largo plazo sin poner en riesgo su estabilidad económica. Parte de ese plan incluía ayudar a su familia, pero dentro de sus posibilidades y con límites bien definidos.
A pesar de querer ser generoso, el ganador entendió rápidamente que no podría complacer a todos. La presión de su familia y amigos, junto con la expectativa de que pagara cada comida, viaje o actividad que realizaban juntos, lo llevó a darse cuenta de que tenía que aprender a decir “no” para proteger sus finanzas y mantener su bienestar.
Admitió que este proceso no le fue fácil. “Cuando me puse firme, dañé mis relaciones con algunos miembros de mi familia, a quienes amaba mucho”, aseguró. Sin embargo, Schultz mantuvo su postura firme y priorizó su estabilidad financiera. A pesar de las dificultades emocionales que esto conllevaba. “Después de ganar, me sentí aislado y solo”, agregó.
Schultz se mudó a un nuevo estado para escapar de la atención constante que recibía en Iowa. Aunque había ganado una fortuna, no quería que el dinero definiera su vida por completo. Decidió volver a la universidad para estudiar cine y periodismo, áreas que siempre le habían apasionado. “Necesitaba una razón para despertarme por la mañana y un objetivo que alcanzar”, aseguró.
En su primer año, tras ganar la lotería, el afortunado y un grupo de amigos emprendieron un viaje de aventura, decidiendo el destino al azar tras lanzar un dardo a un mapa. El dardo cayó en Canadá, lo que los llevó a disfrutar de un tiempo de desconexión al aire libre.
Reflexiones sobre la felicidad y el dinero
A lo largo de los años, Schultz ha reflexionado sobre la relación entre el dinero y la felicidad. En sus propias palabras, el dinero puede comprar tiempo, lo que a su vez puede aliviar el estrés relacionado con las deudas y permitir a las personas enfocarse en lo que realmente les apasiona. Sin embargo, también aclara que este no garantiza la felicidad si no se utiliza de manera responsable y con propósito. “Simplemente, estoy agradecido por lo que tengo”, compartió.
El ganador del Powerball ahora dirige un podcast llamado Lotería, sueños y fortuna, donde entrevista a otros ganadores de loterías y comparte consejos sobre cómo manejar grandes sumas de dinero de manera inteligente. Para él, una de las lecciones más importantes que ha aprendido es la necesidad de contar con asesores financieros y rodearse de personas en quienes confiar.
LA NACION